lunes, agosto 18, 2025

Cuarta aparición de Fatima, "Rezad, rezad mucho..." 19 de agosto de 1917

 

“Estando con las ovejas, en compañía de Francisco y de su hermano Juan, en un lugar llamado Valinhos, y sintiendo que alguna cosa sobrenatural se aproximaba y nos envolvía, sospechando que Nuestra Señora viniese a aparecérsenos, y dándome pena que Jacinta se quedase sin verla, pedimos a su hermano Juan que fuese a llamarla.”

“Entretanto vi, con Francisco, el reflejo de la luz que llamábamos relámpago, y habiendo llegado Jacinta, un instante después, vimos a Nuestra Señora sobre una carrasca.”

—¿Qué es lo que Vd. quiere de mí?

Quiero que sigáis yendo a Cova de Iría el día 13; que continuéis rezando el Rosario todos los días. El último mes haré un milagro para que todos crean.

—¿Qué es lo que Vd. quiere que se haga con el dinero que la gente deja en Cova de Iría?

Que hagan dos andas: una, llévala tú con Jacinta y dos niñas más, vestidas de blanco; y otra, que la lleve Francisco y tres niños más. El dinero de las andas es para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario; lo que sobre es para ayudar a una capilla que deben hacer.

—Quería pedirle la curación de algunos enfermos.

—Sí; a algunos los curaré durante el año.

Y tomando un aspecto más serio dijo:

Rezad, rezad mucho, y haced sacrificios por los pecadores, pues van muchas almas al infierno, por no tener quien se sacrifique y pida por ellas.

Y como de costumbre comenzó a elevarse en dirección al naciente.





domingo, agosto 17, 2025

Santa Elena de la Cruz, 18 de agosto

 


Constancio casó con Elena, hermosísima doncella, muy avisada y honesta, y tuvo de ella al gran Constantino. Elena su madre se hizo cristiana, y después se convirtió también su hijo a nuestra santa religión. Viendo los judíos, que aquel a quien sus padres habían crucificado era tenido por verdadero Dios y adorado del mismo emperador y de los grandes de su imperio, se alteraron mucho y pretendieron rebelarse; pero fueron castigados severamente. Dejadas pues las armas, quisieron con las letras y disputas oscurecer la gloria de Jesucristo, y persuadir a santa Elena y al emperador su hijo, que habían de mudar de religión y tomar la de los judíos: y para sosegarlos, se dio orden que viniesen a Roma los más insignes letrados de los judíos y que acerca de ella disputasen con san Silvestre, vicario de Jesucristo; y el santo pontífice, en presencia del emperador y su madre, los convenció y confundió de tal manera que no supieron que responder, ni más hablar.

Después que en Nicea se celebró aquel famoso y universal concilio en el que se condenó la perversa doctrina de Arrio, tuvo santa Elena revelación del cielo de ir a Jerusalén, y visitar aquellos santos lugares consagrados con la vida y muerte de Cristo y buscar en ellos el precioso madero de la santa Cruz. Fue la santa emperatriz, cargada de años, con grandes ansias de hallar tan precioso tesoro y manifestarle al mundo, y el Señor cumplió sus deseos, y declaró con evidentes milagros, ser aquella la misma cruz, en que murió el Autor de la vida.

La santa emperatriz mandó edificar un suntuoso templo junto al monte Calvario, donde había hallado la santa Cruz, otro en la cueva de Belén y otro en el monte Olivete; los cuales dotó y enriqueció de muchos y preciosos dones. Visitó también los monasterios de vírgenes consagradas a Dios con tan rara modestia, que ella misma, vestida pobremente, les daba aguamanos y servía de rodillas: y después de haber andado por otros lugares y provincias de Palestina, y mandado edificar en ellos muchas iglesias y oratorios, y repartido largas limosnas y dado libertad a los presos de las cárceles en honra de Jesucristo, volvió, siendo ya de ochenta años, a Roma, donde estando presente el emperador Constantino, su hijo y sus nietos, después de haberles dado muy santos consejos y su bendición, entregó su espíritu al Creador.

Reflexión: ¿Cómo pudieron imaginar los judíos deicidas que aquella Cruz tan afrentosa en que pusieron a Cristo, había de ser adorada de las gentes y puesta como el más precioso ornamento de las coronas de los emperadores del mundo? Es un acontecimiento que ha durado ya largos siglos. Y ¿cómo podrían creer los modernos enemigos de la Cruz de Cristo y de su Iglesia que esta misma Cruz ha de triunfar finalmente de todo el mundo universo? Será también un acontecimiento: porque escrito está que cuando llegue la plenitud de las naciones, se convertirá Israel, y que el Crucificado ha de atraer a sí todas las cosas.

Oración: Oh Señor Jesucristo que revelaste a la bienaventurada Elena el lugar donde estaba oculta tu santa Cruz, para enriquecer a tu Iglesia con este tesoro preciosísimo; concédenos por su intercesión, que por el precio inestimable de este árbol de vida, alcancemos el premio de la vida eterna. Por JCNS. Amén.


sábado, agosto 16, 2025

No se olviden de las Almas del Purgatorio (narración del Padre Carlos Ignacio)

 


Santa Gertrudis vio a Jesús llevar a las Almas del purgatorio al cielo, de acuerdo con el número de oraciones hechas por ellas.

Santa Gertrudis fue una Santa Mística del siglo XIV, una monja benedictina que recibió muchas visiones celestiales. Entre sus numerosas revelaciones privadas se encuentran breves escenas del purgatorio.

En una de estas visiones se describe en el libro “La vida y las revelaciones de Santa Gertrudis.” La obra destaca el poder de la oración por las Almas del purgatorio. Y así tenemos un pasaje que dice:

“El miércoles, en la elevación de la hostia, suplico a Nuestro Señor por las Almas de los fieles del purgatorio, que fueran liberados de sus dolores en virtud de su admirable ascensión.”  Y ella vio a nuestro señor descendiendo al purgatorio con una vara de oro en la mano que tenía tantos ganchos como oraciones se habían hecho por esas Almas. Por lo tanto, parecía atraerlos a un lugar de descanso. Comprendió, por tanto, que cada vez que alguien reza, generalmente por razones de caridad para las almas del purgatorio, la mayor parte de las almas que durante su vida han hecho obras de caridad son liberadas.



jueves, agosto 14, 2025

Detalles de la Asunción de María en cuerpo y alma a los cielos, 15 de agosto


La amantísima Virgen y Madre subió de la tierra a los Cielos para unirse a su Hijo en un amor inefable. El amor es virtud unitiva y nadie amó más a Jesús como Ella.

Dogma de Fe

Después de una vida marcada por la Cruz de su Hijo Divino, llegó la hora de la alegría y el triunfo. Por singular privilegio, la Santa Madre de Dios subía a los Cielos en cuerpo y alma. Con la constitución apostólica Munificentissimus Deus, el Papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950 definió este dogma de fe.

Pio XII, en la fórmula dogmática del documento no define si Nuestra Señora murió o no, o sea, si fue elevada al Cielo después de haber resucitado, o si fue trasladada en cuerpo y alma al Cielo sin pasar por el trance de la muerte.

De una manera u otra, lo que la tradición cristiana y los Padres de la Iglesia garantizan es que el sagrado cuerpo de la Santísima Madre no sufrió la corrupción del sepulcro. El Tabernáculo bendito del Verbo Divino no fue reducido a polvo.

Sor María de Jesús de Ágreda en su libro "Vida de la Virgen María" relata:

Corriendo el curso de los tres últimos años de la vida de nuestra Señora, ordenó el Poder Divino con una oculta y suave fuerza, que todo el resto de la naturaleza comenzara a sentir el llanto y prevenir el luto para la muerte de la que con su vida daba hermosura y perfección a todo lo criado. Los Apóstoles, aunque estaban derramados por el mundo, comenzaron a sentir un nuevo cuidado que les llevaba la atención, con recelos de cuándo les faltaría su Maestra; porque ya que, suponían por inspiración Divina, no se podía dilatar mucho este plazo inevitable. Los otros fieles moradores de Jerusalén y vecinos de Palestina reconocían en sí mismos como un secreto aviso de que su tesoro y alegría no sería para largo tiempo.

Pocos días antes del tránsito de la Divina Madre concurrieron a ella innumerables avecillas, postrando sus cabecitas y picos por el suelo, y rompiendo sus pechos con gemidos, como quien dolorosamente se despedían para siempre.

La mayor maravilla que sucedió en el general sentimiento y mudanza de todas las criaturas fue, que por seis meses antes de la muerte de María, el sol, luna y estrellas dieron menos luz que hasta entonces habían dado a los mortales, y el día del dichoso tránsito se eclipsaron como sucedió en la muerte del Redentor del mundo. Y aunque muchos hombres sabios y advertidos notaron estas novedades y mudanza en los orbes celestiales, todos ignoraban la causa, y sólo pudieron admirarse, pero no los Apóstoles y discípulos que asistieron a su dulcísima y feliz muerte.

Acercábase ya el día determinado por la Divina Voluntad en que la verdadera y viva Arca del Testamento había de ser colocada en el templo de la celestial Jerusalén con mayor gloria y júbilo. Y tres días antes del tránsito felicísimo de la gran Señora se hallaron congregados los Apóstoles y discípulos en Jerusalén y fueron todos con San Pedro al oratorio de la Reina, y halláronla de rodillas sobre una tarimilla que tenía para reclinarse cuando descansaba.

La disposición natural de su sagrado y virginal cuerpo y rostro era la misma que tuvo de treinta y tres años; porque desde aquella edad nunca hizo mudanza del natural estado, ni sintió los efectos de los años, ni de la senectud ó vejez, ni tuvo rugas en el rostro ni en el

cuerpo, ni se le puso más débil, flaco y magro, como sucede á los demás hijos de Adán, que con la vejez desfallecen y se desfiguran de lo que fueron en la juventud y edad perfecta. La inmutabilidad en esto fue privilegio único de María, así porque  correspondiera a la estabilidad de su alma purísima, como porque en ella fue correspondiente y consiguiente a la inmunidad que tuvo de la primera culpa de Adán, cuyos efectos en cuanto a esto no alcanzaron a su cuerpo ni a su alma.

 

 




 

miércoles, agosto 13, 2025

Virgen de Urkupiña, Bolivia, 15 de agosto (historia y devoción del pueblo boliviano)

 


La Historia de María de Urkupiña tiene su origen en un lugar muy peculiar en la ciudad de Cochabamba, específicamente en la provincia de Quillacollo en las bajas colinas de la comarca boliviana de Cota y se remonta a la época colonial.

Se dice que en ese lugar, una niña de familia de escasos recursos, pastoreaba sus ovejas cuando un día se le apareció una señora deslumbrante con su niño en brazos quien comenzó a jugar con la pequeña. Muy emocionada al llegar a casa comentó lo sucedido a sus padres, quienes no pudieron creer el relato de su hija. Sin embargo, un 15 de agosto junto con algunos vecinos se dirigieron al lugar donde la niña pastoreaba, llevándose la sorpresa de verla acompañada de la señora y su hijo,  quienes comenzaron a ascender a los cielos como si de un sueño se tratase y en ese momento la niña gritó en quechua: Jaqaypiña urqupiña, urqupiña, que significa, “ya está en el cerro”. Fue así como nació el nombre de Virgen de Urkupiña. Justamente en ese mismo lugar es donde la gente del pueblo encontró la imagen de la Virgen, donde actualmente también está construido el templo en donde es venerada por los peregrinos.

Sus fieles seguidores llaman a la Virgen de Urkupiña simplemente “Mamita”, un modismo de raíz boliviana que al mismo tiempo genera una cercanía y una empatía mayor entre los creyentes y la imagen.

La documentación explícita a cerca de la festividad de la Virgen de Urcupiña:

Una pintura de la imagen de la Madre en el arte Virreynal que data del año de 1761, con el nombre de "Virgen de Urkupiña".

"Mando por el auto que se halla en dicho libro original que su mecerd bajo de precepto de Santa obediencia, solícitese las perlas pertenecientes a Ntra. Señora de Orqopiña y demás bienes extraídos pertenecientes a esta Iglesia" (Libro de Fábrica de la Iglesia de San Ildefonso de Quillacollo, 1770).

"El alumbrado de la Iglesia de Quillacollo en la mayor parte del año se ayuda con las ceras que los devotos llevan a la festividad de Nuestra Señora conocida con el nombre de Urcupiña." (Libro de Fábrica de la Iglesia de Quillacollo 1848 - 1855)


martes, agosto 12, 2025

La Biblia: “Hambre de la palabra de Dios” (profecía de Amós con comentarios de Monseñor Straubinger)

 


Hambre de la palabra de Dios (Amós 8,11)

He aquí que vienen días,

dice Yahvé, el Señor,

en que enviaré hambre sobre la tierra;

no hambre de pan, ni sed de agua,

sino de oír las palabras de Yahvé.


Monseñor Straubinger: Profecía gravísima y terrible, que siempre está pendiente como una amenaza sobre nosotros. Si vivimos relegando la palabra de Dios, Él retirará un día esa palabra, como aquel médico que, habiendo preparado con gran trabajo un precioso remedio para los leprosos de su hospital, observó que todos lo elogiaban con grandes expresiones de gratitud... pero luego cada uno se buscaba un remedio propio, despreciando el único eficaz, que con tanto amor les había preparado. El médico, herido en su corazón, retiró entonces aquel bálsamo despreciado. Y los enfermos murieron todos. Tal es la conminación que aquí hace Dios, como en Salmo 80, 13.* En ella vemos el más trágico fin de una cultura que pretende hallar soluciones a los problemas del mundo sin contar con la actividad de Dios, esto es mirándolo como un hombre del mundo y negando a su providencia la intervención activísima y constante que Él se reservó cuando nos dijo, por boca de su Cristo, que ni un pájaro, ni un cabello nuestro cae sin obra Suya (Mateo 10,30;** Lucas 12, 7***), y que no será nuestro brazo, sino Su gratuita liberalidad la que nos dará “por añadidura (Mateo 6,33****) también las soluciones de orden temporal si buscamos antes, para nuestra alma y la del prójimo, el Reino de Dios y la justicia y santidad que de Él viene y que se funda, como dice San Jerónimo, «en la predicación de las Escrituras que conduce a la vida».

* Por eso los entregué a la dureza de su corazón: a que anduvieran según sus apetitos.

** En cuanto a vosotros, todos los cabellos de vuestra cabeza están contados.

*** Aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No tenéis vosotros que temer: valéis más que muchos pájaros

**** Buscad, pues, primero el reino de Dios y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura


El día que la Virgen no apareció en Fátima, 13 de agosto de 1917

 


La Aparición no se realizó aquel 13 de agosto en Cova de Iría porque el Administrador del Consejo apresó y llevo a Vila Nova a los pastorcitos, con la intención de obligarles a revelar el secreto. Los tuvo retenidos durante tres días en la administración y en el calabozo municipal.

Les ofreció valiosos regalos a cambio de revelarle el secreto, pero los pequeños videntes respondieron:

No lo decimos por nada de este mundo.

Los encerraron en la cárcel y los otros presos les aconsejaban:

Decir al Sr. administrador ese secreto. ¿Qué os importa que esa Señora no quiera?

Eso no —responde Jacinta vivamente— antes quiero morir.

Y los tres pastorcitos rezaron el rosario con aquellos desgraciados delante de una medalla de Jacinta colgada en la pared. El administrador, con intención de asustarles, manda preparar una caldera de aceite, amenazando asarlos vivos si no hacen lo que les manda. Pero los niños, aun pensando que hablaba en serio, permanecieron firmes, sin revelar nada. El día 15, fiesta de Nuestra Señora de la Asunción, son finalmente conducidos a Fátima.


domingo, agosto 10, 2025

El valor de la oración por la conversión de los pecadores (revelaciones de santa Brígida)



En medio de una visión en la que el dolor del cielo tocaba la tierra, Jesús comenzó a hablarle con un amor profundo, pero también con un sufrimiento que atravesaba su corazón. “Yo morí por ellos, fui azotado, escupido, clavado. Mi sangre fue derramada como el precio más alto para rescatar sus almas. Y aun así se pierden.” 

Santa Brígida sintió en su interior el peso de esas palabras. No eran solo frases. Eran gritos del amor ultrajado. El amor que se ofreció en la Cruz y que hoy es olvidado por millones. Jesús le mostró entonces una escena estremecedora. Multitud de almas precipitándose al abismo, como hojas secas arrastradas por un vendaval. Algunas eran arrastradas con fuerza por sus pecados graves, otras por la tibieza, la indiferencia o la negligencia de no haber hecho el bien cuando podían.

Pero en medio de esa oscuridad, el señor le hizo ver un solo rayo de luz, una oración nacida del amor, dicha con fe, que se elevaba como una llama encendida entre la niebla: “Una sola oración, dicha con todo el corazón”, dijo Jesús, “puede detener al pecador, puede levantar al alma caída, puede cambiar el destino de quien se aleja. Pero pocos oran, pocos reparan, pocos interceden.”

“La intercesión”, explicó el señor a Brígida, “es una de las armas más ignoradas del combate espiritual. Muchos piensan que ya no tiene valor, que no hace diferencia. Pero para Cristo, cada oración ofrecida con amor, cada acto de reparación ofrecido, es como una gota de su sangre cayendo sobre una herida abierta del alma del prójimo.”

Entonces, como si abriera el velo del tiempo, Jesús le permitió ver el efecto real que una oración sincera puede tener. Santa Brígida relata con detalle en sus revelaciones, como en una visión mística, Jesús le mostró el alma de un hombre que estaba a punto de morir en pecado mortal. Este hombre, ajeno a todo lo Divino, había vivido en el pecado y en la indiferencia durante años. Sus ángeles se retiraban con tristeza mientras los demonios se acercaban para tomar posesión de su alma. Pero en ese mismo instante, en un convento lejano, una monja anónima ofrecía una oración humilde por los pecadores moribundos. No conocía a ese hombre, no sabía su historia, pero su oración, inspirada por Dios, se elevó con fuerza al cielo. Y entonces ocurrió lo impensado, Jesús se volvió hacia su padre y dijo: “por esta oración, dale una chispa de luz, un último instante de contrición”. Y así fue. El hombre, en los segundos finales de su vida, sintió un profundo arrepentimiento y con un suspiro postrero alcanzó la misericordia. Su alma fue arrebatada de las garras del infierno por una sola oración. Santa Brígida quedó asombrada y Jesús le dijo: “Si las almas supieran el valor de una sola oración hecha con fe, no dejarían de orar ni un solo día.”

 

sábado, agosto 09, 2025

Santa Filomena, novena parte (pequeño epílogo)

 


Papas devotos de Santa Filomena

Gregorio XVI: El 30 de enero de 1837, solemnemente la elevó al altar dando completa autoridad a su culto en todo el mundo católico y por toda la eternidad. Le dio el título de Patrona del Rosario Viviente.

Pío IX: En 1849 la nombró Patrona de los Hijos de María.

León XIII: Antes de su elección al Papado, fue dos veces en peregrinación a su Santuario. Después de ser nombrado Vicario de Cristo, le dio una cruz de mucho valor al Santuario, aprobó la Confraternidad de Santa Filomena y la enriqueció con indulgencias. 

San Pío X: Elevó la Archicofradía de Santa Filomena, a Universal y nombró a San Juan María Vianney su Patrón. Este Papa y gran Santo de la Santa Madre Iglesia solemnemente declaró: "... desacreditar las presentes decisiones y declaraciones concernientes a Santa Filomena como no siendo permanentes, estables, válidas y efectivas, necesarias de obediencia, y en completo efecto para toda la eternidad, procede de un elemento que es nulo y vano y sin mérito y autoridad." (1912)

En nuestro amor por Santa Filomena seguimos bien la dirección y el ejemplo de los Romanos Pontífices.

Devociones
A través de las diferentes devociones a Santa Filomena, se han producido muchas sanaciones y conversiones. En próximas entradas de este blog, iremos haciendo conocer las particularidades de cada una de las que aquí se nombran, al sólo efecto de mostrar con cuanto celo fue seguida desde el descubrimiento de los restos santa Filomena, de las que redundaron en milagros que son imposibles de contar. Milagros que el enemigo de la Iglesia quiso callar, sacándola del santoral, por lo que debemos, sus devotos, difundir para Gloria de Dios y crecimiento de los seguidores de la “santita”, como le gustaba llamarla el Santo cura de Ars.

ü          ✔Coronilla de Santa Filomena

ü       Novena (que logró la sanación de Pauline Jaricot)

ü          El aceite de Santa Filomena

ü          El uso del cordón de Santa Filomena 

Como con todas las devociones, son una ayuda que sólo tiene sentido cuando hay un serio propósito de vivir el evangelio.  La vida de Santa Filomena nos da ejemplo de fidelidad heroica a Jesucristo y eso es lo que debemos imitar.

Santuario de Santa Filomena está localizado en Mugnano, Italia, en la diócesis de Nola, cerca de Nápoles. Fue en esta iglesia que el párroco Don Francisco de Lucia, trajo sus reliquias en 1805. La capilla de Santa Filomena se encuentra a media nave, a la izquierda. Arriba del altar se puede ver la figura de la Santa en papel maché, la cual fue hecha para guardar sus huesos, como lo dijimos en otra entrada y donde se cuentan los detalles (sexta parte).

Esta figura milagrosamente ha cambiado de posición varias veces a través de los años. El último movimiento que se sabe fue en 1949. En este se puede ver la oreja izquierda de la imagen, que hasta ese entonces no se veía, ni se sabía que existía.

En el relicario procesional del Santuario de Santa Filomena, hay una imagen del martirio de la santa rodeada de reliquias de varios santos; el relicario es usado para bendecir a las personas en las fiestas principales en las que se honra a Santa Filomena.

También hay una estatua de Santa Filomena que ha exudado un aceite milagroso el 10 de agosto de 1823. Esta se expone para ser venerada en su día festivo que es el 11 de agosto.

Santa Filomena, Patrona de los Hijos de María, ruega por nosotros.

 Noveno día de la novena 10 de agosto



viernes, agosto 08, 2025

Santa Filomena, octava parte (la estrecha relación entre la santa y el cura de Ars)

 


San Juan Vianney era muy devoto de Santa Filomena y la eligió su patrona y el sentía su presencia constantemente. La llamaba con los nombres más tiernos y familiares y no dudaba en inducir a otros a que invocaran su intercesión en sus necesidades de cuerpo y alma.

Conoció a la Santa a través de Pauline Jaricot, la cual le ofreció parte de la preciosa reliquia que había obtenido en Mugnano. Inmediatamente se puso a trabajar para erigir una Capilla en su Iglesia y así custodiar con dignidad la reliquia. Esta fue construida en 1837 y el lugar pronto se convirtió en escena de innumerables curaciones, conversiones y milagros.

El padre Vianney favoreció la devoción a santa Filomena hasta el punto de que, desde el 27 de octubre de 1835, en que la primera niña bautizada llevó el nombre de Filomena, durante los veinte años siguientes, la mitad al menos de las mujeres nacidas en la parroquia llevaron el nombre de Filomena.

Uno de los milagros más sonados le sucedió a Francisca Volet, que tenía entre 12 y 14 años, y había perdido el uso de las piernas a causa de una fiebre tifoidea. Vino a Ars, comulgó en la misa del santo cura, en la capilla de santa Filomena y, después de la comunión, se levantó y se puso de rodillas diciendo: “Estoy curada.”

El padre Monnin, que conoció personalmente al santo cura y fue su primer biógrafo, afirma: Sus corazones estaban cada día más unidos hasta el punto de que en los últimos años se sabe por reiteradas confidencias, que había una relación directa e inmediata y una familiaridad continua. Era de su parte una asistencia sensible y una suerte de presencia real.

El santo cura de Ars fue sanado personalmente por ella. En 1843 se creyó que había llegado su fin. El doctor Saunier diagnosticó una pleuroneumonía y calificó la situación como desesperada. Otros tres médicos acudieron al llamamiento del doctor Saunier, pues su corazón latía con dificultad. Él no se quejó, aceptó los medicamentos que le dieron y se abandonó a la voluntad de Dios. La gente, postrada ante el altar de santa Filomena, donde ardían continuamente numerosos cirios, oraba sin cesar. El 11 de mayo, pareció inminente su agonía. Siete sacerdotes se habían reunido y decidieron darle la extremaunción en privado, pero él dijo que tocaran las campanas para que todos rezaran por él. Terminada la ceremonia, se consagró a santa Filomena y prometió celebrar cien misas en su honor, mandando que hiciesen arder una gran vela ante su imagen. De pronto, pareció entrar en coma. El doctor creyó que había llegado el fin y dijo a los asistentes: “No tiene sino treinta o cuarenta minutos de vida.” Él se encomendaba a la Virgen y a santa Filomena, diciendo: ¡Si todavía puedo ser útil para la salvación de las almas! Y casi de inmediato recobró la palabra y disfrutó de sosiego durante tres horas.

El día 21, el padre Dubois celebró la misa en el altar de santa Filomena por su salud, porque todavía seguía con fiebre alta. De repente, se tranquilizó, según se dijo, por una visión que contemplaba y estaba como arrobado. Apenas terminada la misa, exclamó: “Acaba de producirse un gran cambio... ¡Estoy curado!” Dice el padre Monnin, que estuvo presente: “Mi alegría fue muy grande ante estas palabras y quedé convencido que el santo cura había tenido una visión, pues yo le había oído repetir muchas veces el nombre de su querida protectora, lo que me llevó a creer que santa Filomena se le había aparecido, aunque no me atreví a preguntárselo.”

El último año de su vida, en 1859, quiso construir una hermosa iglesia a santa Filomena y comenzó la suscripción el 2 de abril. Él encabezó la lista de donaciones con 1.000 francos y les dijo: “Rogaré a Dios por los que me ayuden a levantar una hermosa iglesia a santa Filomena.”

El jueves 4 de agosto de 1859, a las dos de la madrugada, el cura de Ars entraba en la gloria. La intercesión milagrosa de Santa Filomena le concedió 16 años más de vida para la salvación de las almas, como el santo había pedido durante su agónica enfermedad de 1843.

Octavo día de la novena 09 de agosto

Algunas anéctodas del Santo cura de Ars, 9 de agosto

 


El Papa Pío X promulgó el decreto de reconocimiento de los dos milagros como auténticos el 21 de febrero de 1904. El 17 de junio de ese año se hizo la exhumación de su cuerpo. Se vio con sorpresa que sus miembros se conservaban íntegros. La piel ennegrecida y las carnes secas, pero enteras. El rostro estaba un poco deteriorado. Y descubrieron su corazón que estaba intacto. En sus dedos ennegrecidos, se entrelazaron unos rosarios de jaspe. El rostro fue cubierto con una mascarilla de cera y se conserva en la basílica.

El 8 de enero de 1905, tuvo lugar la beatificación  de Juan María Vianney, en la basílica vaticana de Roma por el Papa san Pío X. Ese día, el Papa lo nombró patrono de todos los sacerdotes de Francia que curan las almas. Fue canonizado por el Papa Pío XI el 31 de mayo de 1925 en el Vaticano. En 1929 fue nombrado patrono de todos los párrocos del mundo.

Anécdotas destacables

✔Mucha gente consideraba al padre Vianney como un santo y quería tener alguna reliquia suya. Por eso le robaban los objetos más diversos, desde las velas del altar hasta cosas personales. Cuando se cortaba el cabello, tenía mucho cuidado en quemarlos para evitar que el barbero pudiera regalarlos. En una ocasión, le cortaron hasta trozos de su sotana. Viendo este afán por obtener recuerdos suyos como reliquias a toda costa, dijo un día con buen humor: "Yo creía que convertía pecadores y resulta que fabrico ladrones."

✔En invierno, a pesar de pasar mucho frío, nunca llevaba manteo y decía riéndose: "Yo nunca me he olvidado el manteo" (Capa larga de color negro, con cuello muy estrecho, que úsan los eclesiásticos sobre la sotana)

Según cuenta fray Jerónimo, que era su sacristán: Procuraba los mejores ornamentos para su iglesia y decía: “Mi pobre sotana va bien con una bella casulla”

Sebastián Germain era muy conocido del santo cura y le había ayudado en misa muchas veces de niño. Un día de julio de 1859, fue a visitarlo y lo encontró en la plaza rezando el rosario. El padre Vianney, antes de que le explicase el motivo de su visita, le dijo:

- Toma cuatro rosarios para tus hijos.

- Pero señor cura, yo solo tengo tres hijos.

- El cuarto será para tu hija.

Al año siguiente, nacía la pequeña María que llenó de alegría el hogar.

Otro día, entró a la sacristía una persona de Lión acompañada de su hija de diez años y le presentó varios objetos de piedad para que los bendijera. El padre Vianney separó una medalla, diciendo: “Esta medalla no puedo bendecirla”. Esa medalla había sido robada por la niña al pasar delante del mostrador de una tienda. 

En una ocasión, alguien le dio una bofetada y sólo dijo por respuesta: "Amigo, la otra mejilla va a tener celos”

Una señora piadosa tenía un esposo que no practicaba la religión y ella rogaba mucho por su conversión, pues era cardíaco y podía morir de repente. Esta señora tenía costumbre de adornar una imagen de la Virgen que tenía en su casa. Su esposo se complacía en cortarle las flores para que las pusiera a la Virgen. Un día, murió de repente sin recobrar el conocimiento y sin los auxilios de la religión. La esposa estaba muy triste, pensando en su posible condenación. Hizo un viaje a Ars y el santo cura le dijo: "¿No recuerda usted los ramos de flores que él cortaba para la Virgen?" De esta manera, le daba a entender que se había salvado

Llegó a Ars una señora enlutada, pues acababa de perder a su esposo que se había suicidado, y temía por su salvación. Al pasar el santo cura delante de ella para ir de la iglesia a la casa parroquial, se detuvo y le dijo: "Se ha salvado. Está en el purgatorio y hay que rezar por él. Entre el parapeto del puente y el agua pudo hacer un acto de arrepentimiento. Acuérdese que en el mes de mayo su esposo, aunque incrédulo, se unía a sus oraciones en honor de la Virgen María. Esto le mereció la gracia del arrepentimiento final."

En una oportunidad, en medio de la multitud, un hombre se permitió llamarle con palabras poco cultas. El santo cura le preguntó:

- ¿Quién es usted, amigo mío?

- Soy protestante.

- ¡Oh, mi pobre amigo! Usted es pobre, muy pobre, los protestantes ni siquiera tienen un santo cuyo nombre puedan dar a sus hijos. Se ven obligados a pedir nombres prestados a la iglesia católica.






 


jueves, agosto 07, 2025

Santa Filomena, septima parte (el gran milagro de Mugnano)


Pauline Jaricot era la hija favorita de unos aristócratas franceses. Era muy bella y tenía una atractiva personalidad. No obstante, todos los atractivos placeres y sus halagadores admiradores, el corazón de Pauline se movía más hacia las cosas del espíritu, que a las cosas del mundo, aunque la lucha entre las cosas de Dios y las del mundo era feroz. La gracia triunfó y Pauline va a ser recordada por siempre como la fundadora de la Sociedad para la Propagación de la Fe y el Rosario Viviente.

Aunque Pauline había sufrido anteriormente de la enfermedad que fue la causa de su cura, fue en marzo de 1835, que la enfermedad enseñó signos de gravedad. Esta enfermedad afectaba su corazón, en la proporción en que incrementaba, las palpitaciones se volvían tan violentas que se podían oír a cierta distancia. Un pequeño movimiento o cambio de posición era suficiente para que la sangre corriera violentamente a su corazón, que casi se sofocaba. Su respiración parecía parar y su pulso se volvía imperceptible. Drásticos remedios se le tenían que aplicar para restaurarla.

Durante varios años de tortura, solo tenía pequeños intervalos de alivio. Uno de ellos ocurrió después de hacer una novena a Santa Filomena, después de saber de su gran poder con Dios. Tan solo de mencionar el nombre de la santa, ella experimentaba un gozo y un deseo de visitarla en su Santuario. Pero eso parecía un imposible ya que este quedaba a una gran distancia de Francia.

Actuando bajo una inspiración, y después de saber de su doctor la información de su estado, el cual era tan grave que nada importaba de una forma u otra, ella intentó un viaje al Santuario del Corazón de Jesús en Paray le Monial. Sobrevivió la jornada y se dijo a si misma: "Si no me mató este viaje, iré a Roma a obtener la bendición del Santo Padre", lo cual era la ambición de su vida.

Ir a Roma significaba viajar a través de los Alpes, a través de caminos abandonados; largo y peligroso viaje, aun para las personas en buen estado de salud. Pero Pauline se puso en camino. El dolor que soportó era intolerable. En Cambery, su valor se acababa y casi se resigna a morir lejos de su casa y del Vicario de Cristo. Estuvo inconsciente por dos días. Los alumnos de la escuela del convento de su pueblo hicieron una novena a Santa Filomena por su recuperación, al final de esta pudo seguir su viaje.

Pauline sufrió una recaída en Loreto, Italia y después de unos días continuó su viaje. Llegó a Roma casi inconsciente. Las Hermanas del Sagrado Corazón la recibieron con gran amabilidad, su estado era tal que le era imposible dejar el Convento. Parecía que después de tanta dificultad no iba a poder ver al Santo Padre.

Pero la Santa Madre de Dios y Santa Filomena no la abandonaron. Su llegada a Roma fue informada al Santo Padre, el Papa Gregorio XVI, que al saber de su estado decidió ir en persona a ver a esta joven mujer que tanto había hecho por la Santa Iglesia. Esto era un honor y una consolación para Pauline. El Santo Padre fue amable y le agradeció repetidamente su trabajo a favor de la Iglesia Católica, y la bendijo una y otra vez. Le pidió que orara por él cuando llegará al cielo y esta se lo prometió. Entonces ella le preguntó: ¿Santo Padre, si yo vuelvo bien de mi visita a Mugnano, y voy a pie al Vaticano, usted su Santidad se dignaría en proceder sin demoras con la investigación final en la Causa de Santa Filomena?

Si mi hija, replicó el Papa, porque eso sería un milagro de primera clase. Nadie pensaba que ella volvería, debido al estado tan precario de salud.

Era en agosto y el clima estaba extremadamente caliente. Viajaban de noche para evitar el gran calor del día. Llegaron a Mugnano un día antes de la fiesta de Santa Filomena. Inmensas multitudes se habían reunido para celebrar la fiesta.

La mañana siguiente, Pauline recibió la Santa Comunión, cerca de las reliquias. Sufría unos dolores inmensos en todo su cuerpo y su corazón latía tan violentamente que se desmayó. Las personas pensaron que se había muerto. Las personas que estaban con ella trataron de sacarla de la iglesia y en eso recobró el conocimiento e hizo una señal de que la dejaran cerca de las reliquias. De repente un torrente de lágrimas vino a sus ojos, el color volvió a sus mejillas, un brillo saludable sobrevino a sus entumecidos miembros. Su alma estaba llena de un gozo celestial, y pensó que dejaba este mundo para irse al cielo. Pero no era la muerte, Santa Filomena la había sanado e iba a vivir muchos años para Dios y su Iglesia.

Pauline cuando estuvo segura de su sanación, permaneció en silencio por un tiempo. Pero la Superiora del Convento al ver lo que estaba pasando, ordenó que sonaran las campanas para anunciar el milagro. El pueblo lleno de gozo gritaba "Viva Santa Filomena." En acción de gracias, se quedó unos días más y cuando partió, llevaba consigo una reliquia grande de Santa Filomena, cubierta en una estatua de la Santa.

Pauline no le había informado al Santo Padre de su sanación y todos en el Vaticano al oír de su sanación, estaban sorprendidos, sobre todo el Papa cuando la vio ante él en perfecta salud. A la petición de Pauline, él le concedió el privilegio de construir una Capilla en honor de Santa Filomena.

Para poder investigar el milagro, el Papa ordenó a Pauline a que se quedará un año entero en Roma. Durante ese tiempo Pauline obtuvo del Santo Padre muchos privilegios para el "Rosario Viviente". Al final del año regresó a Francia.

Septimo día de la novena 08 de agosto
 

La loca de la casa (narración del padre Carlos Ignacio)

Santa Teresa llamó a la imaginación como la loca de la casa, “la loca de la casa.” La imaginación a menudo comienza a delirar, podemos decir, y a buscar varias cosas. Y en la oración, eso es uno de nuestros principales enemigos: la distracción, especialmente la imaginación.

Cuando a veces estamos orando y nos viene: “Qué debería estar haciendo, o qué querría hacer más tarde, o que cosa dejé de hacer.” También nos viene: “lo que esa persona me dijo o no me dijo.” Entonces, estamos en una lucha continua contra las distracciones que nos ocurren, principalmente debido a nuestro estado de naturaleza caída.

La oración, entonces, es precisamente eso, la elevación de nuestra mente, de nuestro corazón para Dios.

 

San Cayetano, 7 de agosto

 


Cada 7 de agosto los devotos de este gran santo, le rinden honores por los favores recibidos, reafirman su confianza en él y le solicitan su intercesión, especialmente por necesidades de trabajo.

Cayetano di Thiene nació en la ciudad de Vicencia, en octubre de 1480 del señorío de Venecia, de padres no menos ilustres por su piedad que por su nobleza. Resplandeció en él, desde su temprana edad, un señalado amor a la pureza, a la caridad, y a la piedad con Dios y su Madre santísima y la mayor que recibió de la soberana Reina de los cielos, la cual, en recompensa de la devoción que el santo le tenía, se le apareció llena de claridad y hermosura, y le concedió ponerle su Divino hijo en los brazos.

Servía y visitaba a las personas desamparadas y su amor a Jesucristo y al prójimo lo llevaron a consagrarse a ellos. Así, fundó un hospital en Venecia en el que encontró a una joven que estaba a punto de perder una pierna devorada por la gangrena. Envuelto en su fe le sacó la venda, le besó la pierna herida e hizo la señal de la cruz frente a ella. Al otro día, los médicos que preparaban a la muchacha para la amputación vieron que estaba curada.

Ese fue el primer milagro que se le atribuyó a Cayetano y que lo encaminó a dedicarse a buscar en la religión su lugar.

A sus 67 años, un 7 de agosto del año 1547, muere en Nápoles. Fue beatificado el 8 de octubre de 1629 por el papa Urbano VIII y canonizado el 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X.

 


miércoles, agosto 06, 2025

Santa Filomena, sexta parte (traslado a Mugnano)



Después de que las reliquias de la Santa fueron exhumadas, fueron mantenidas en Roma hasta 1805. Ese año, Don Francisco de Lucía, sacerdote ejemplar de Mugnano, deseoso de tener en su pueblo un cuerpo de mártir de nombre conocido, fue a Roma con este fin. Y después de muchas oposiciones pudo alcanzar la de santa Filomena, que en esqueleto, guardaba con otras muchas reliquias, monseñor Ponzetti. Luego que tuvo en su poder tan grande tesoro, cuyo precio conoció al instante por los prodigios que empezó a obrar en el mismo viaje, la condujo a Nápoles.

El día antes de la llegada, por las oraciones de los habitantes, una lluvia abundante refrescó los campos y prados de Mugnano, después de una larga temporada de sequía. El Señor Michael Ulpicella, un abogado, que no había podido salir de su cuarto por seis semanas, fue llevado a donde estaban las reliquias y regresó sanado.

En Nápoles se formó un cuerpo de cartón y dentro de él se colocaron los huesos sagrados, que, por su pequeñez y delicadeza, manifestaban haber sido de una joven de pocos años, y aunque no fue hecho con toda la perfección que deseaba don Francisco, su custodio, comenzó a ser objeto de admiración general. En en su traslado a Mugnano, el cuerpo de la santa se hizo pesadísimo cuando iba pasando por lugares en donde algunos Santos habían padecido martirio, especialmente el patrono de Nápoles, San Genaro. Asimismo, estando la urna cerrada y sellada con llave que había quedado en Nápoles, cambio de facciones tornándolas muy agraciadas, mudó el color en otro perfectamente natural, el cabello apareció mejor acomodado, dio nueva posición a las manos y lo que es más, se incorporó en la urna, quedando casi sentada para que el pueblo la viese más cómodamente.

A pesar de los numerosos milagros que sucedían en Mugnano, la fama de la Santa no se extendió fuera de la zona, hasta el año 1823, con motivo de un sudor prodigioso que manó a manera de ungüento olorosísimo de una estatua que se había construido para llevarla en procesiones. Empezaron a realizarse estampas y a difundirse los milagros por todas partes, y desde entonces resonó en Italia el nombre de Santa Filomena que luego se esparció por los demás Reinos de Europa, pasó a América, África y a Asia por medio de los misioneros. La noticia de los milagros de multitud de personas, se multiplicaron de tal manera que sería imposible enumerarlos contando por testigos, pueblos enteros que nadie ha desmentido, habiendo milagros de primero y segundo orden*, para castigo de los incrédulos y para aliento y consuelos de los devotos.

A sólo la invocación de su nombre, con el aceite de sus lámparas y con el contacto de sus imágenes, han resucitado muertos, socorrido a mujeres en partos peligrosos, restituido la salud a enfermos y desahuciados. Ha liberados de incendios, naufragios y otros desastres a muchísimas personas. De dichas imágenes han salido músicas armoniosas, palabras de consuelo y golpes, a veces suaves y otras, fuertes, en señal de haber sido oídas las peticiones.

Los milagros de primer orden se refieren a eventos sobrenaturales que desafían o violan las leyes naturales. Los milagros de segundo orden, por otro lado, son eventos que, aunque pueden ser explicados por leyes naturales, su coordinación temporal o secuencia de eventos resulta tan precisa e improbable que consideran a  un diseño o propósito Divino.

Sexto día de la novena 07 de agosto


martes, agosto 05, 2025

Santa Filomena, quinta parte (martirio y muerte)

 


Lo que se me había anunciado el malvado Diocleciano, pronto se realizó. Perdiendo todas sus esperanzas de hacerme cumplir la promesa de mi padre, tomó la decisión de torturarme públicamente y el primer tormento era ser flagelada. Ordenó que me quitaran mis vestidos, que fuera atada a una columna en presencia de un gran número de hombres de la corte, me hizo que me latigaran con tal violencia, que mi cuerpo se bañó en sangre, y lucía como una sola herida abierta. El tirano pensando que me iba a desmayar y morir, me hizo arrastrar a la prisión para que muriera.

Dos ángeles brillantes, se me aparecieron en la oscuridad y derramaron un bálsamo en mis heridas, restaurando en mí la fuerza que no tenía antes de mi tortura.

Cuando el emperador fue informado del cambio que me había ocurrido, me hizo llevar ante su presencia y trato de hacerme ver que mi sanación se la debía a Júpiter, el cual deseaba que yo fuera la emperatriz de Roma. El Espíritu Divino, al cual le debía la constancia en perseverar en la pureza, me llenó de luz y conocimiento, y a todas las pruebas que daba de la solidez de nuestra fe, ni el emperador ni su corte podían hallar respuesta.

Entonces el emperador, frenético, ordenó que me tiraran, con un ancla atada al cuello en las aguas del río Tíber. La orden fue ejecutada inmediatamente, pero Dios permitió que no sucediera. En el momento en el cual iba a ser precipitada al río, dos ángeles vinieron en mi socorro, cortando la soga que estaba atada al ancla, la cual fue a parar al fondo del río, y me transportaron gentilmente a la orilla a la vista de la multitud. El milagro logró que un gran número de espectadores se convirtieran al cristianismo.

El emperador, alegando que el milagro se debía a la magia, me hizo arrastrar por las calles de Roma y ordenó que me fuera disparada una lluvia de flechas. Sangre brotó de todas las partes de mi cuerpo y ordenó que fuera llevada de nuevo a mi calabozo. El cielo me honró con un nuevo favor. Entré en un dulce sueño y cuando desperté estaba totalmente curada. El tirano lleno de rabia dijo: “Que sea traspasada con flechas afiladas.” Otra vez los arqueros doblaron sus arcos, cogieron todas sus fuerzas, pero las flechas se negaron a salir. El emperador estaba presente y se puso furioso y pensando que la acción del fuego podía romper el encanto, ordenó que se pusieran a calentar en el horno y que fueran dirigidas a mi corazón. Él fue obedecido, pero las flechas, después de haber recorrido parte de la distancia, tomaron la dirección contraria y regresaron a herir a aquellos que la habían tirado. Seis de los arqueros murieron. Algunos de ellos renunciaron al paganismo y el pueblo empezó a dar testimonio público del poder de Dios que me había protegido. Esto enfureció al tirano y determinó apresurar mi muerte, ordenando que mi cabeza fuera cortada con un hacha.

Entonces, mi alma voló hacia mi Divino Esposo, el cual me puso la corona del martirio y la palma de la virginidad.

Quinto día de la novena 06 de agosto

lunes, agosto 04, 2025

Santa filomena, cuarta parte (cautiverio)


Sigue el relato de Santa Filomena a la venerable Madre María Luisa de Jesús

"Mi cautiverio duró treinta y siete días, y en el medio de una luz celestial, vi a María con su Divino Hijo en sus manos, la cual me dijo: "Hija, tres días más de prisión y después de cuarenta días, se acabará este estado de dolor." Las felices noticias hicieron mi corazón latir de gozo, pero como la Reina de los Ángeles había añadido, dejaría la prisión, para sostener un combate más terrible que los que ya había tenido. Pasé del gozo a una terrible angustia, que pensaba me mataría. 

"Hija, ten valentía," dijo la Reina de los Cielos y me recordó mi nombre, el cual había recibido en mi Bautismo diciéndome: "Tu eres LUMENA, y tu Esposo es llamado Luz. No tengas miedo. Yo te ayudaré. En el momento del combate, la gracia vendrá para darte fuerza. El ángel Gabriel vendrá a socorrerte, Yo le recomendaré especialmente a él, tu cuidado".

Las palabras de la Reina de las Vírgenes me dieron ánimo. La visión desapareció dejando la prisión llena de un perfume celestial."

Cuato día de la novena 05 de agosto



 

Santo Domingo de Guzman 4 de agosto

 


En una visión, Nuestra Señora se le apareció y le mostró una corona de rosas en forma de Rosario. Le aconsejó que enseñara la verdadera fe a todo aquel que quisiera escucharla y que rezara el Rosario a diario, y que con el tiempo la verdadera fe prevalecería.

De hecho, el rosario fue inventado antes que Domingo, aunque a menudo se le atribuye su invención. Sin embargo, Domingo lo popularizó y lo utilizó para profundizar su vida espiritual, salvó a los católicos, y convirtió cien mil herejes.

Reflexión: Dijo la Virgen a santo Domingo que el Rosario era el arma más poderosa contra la herejía y contra los vicios. Ahora, pues, hay mayor necesidad que nunca de rezarlo.

Oración: Oh Dios, que te dignaste ilustrar a tu Iglesia con los méritos y con la doctrina del bienaventurado santo Domingo, tu confesor; concédenos, que por su intercesión nunca sea destituida de los auxilios temporales, y sea acrecentada en los bienes espirituales. Por JCNS. Amén.

 








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