
La
Aparición no se realizó aquel 13 de agosto en Cova de Iría porque el
Administrador del Consejo apresó y llevo a Vila Nova a los pastorcitos, con la
intención de obligarles a revelar el secreto. Los tuvo retenidos durante tres días
en la administración y en el calabozo municipal.
Les ofreció
valiosos regalos a cambio de revelarle el secreto, pero los pequeños videntes
respondieron:
—No lo
decimos por nada de este mundo.
Los encerraron
en la cárcel y los otros presos les aconsejaban:
—Decir al
Sr. administrador ese secreto. ¿Qué os importa que esa Señora no quiera?
—Eso no
—responde Jacinta vivamente— antes quiero morir.
Y los tres
pastorcitos rezaron el rosario con aquellos desgraciados delante de una medalla
de Jacinta colgada en la pared. El administrador, con intención de asustarles,
manda preparar una caldera de aceite, amenazando asarlos vivos si no hacen lo
que les manda. Pero los niños, aun pensando que hablaba en serio, permanecieron firmes, sin revelar nada. El día 15, fiesta de Nuestra Señora de la Asunción,
son finalmente conducidos a Fátima.
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