“Estando con
las ovejas, en compañía de Francisco y de su hermano Juan, en un lugar llamado
Valinhos, y sintiendo que alguna cosa sobrenatural se aproximaba y nos
envolvía, sospechando que Nuestra Señora viniese a aparecérsenos, y dándome
pena que Jacinta se quedase sin verla, pedimos a su hermano Juan que fuese a
llamarla.”
“Entretanto
vi, con Francisco, el reflejo de la luz que llamábamos relámpago, y habiendo
llegado Jacinta, un instante después, vimos a Nuestra Señora sobre una
carrasca.”
—¿Qué es lo
que Vd. quiere de mí?
—Quiero
que sigáis yendo a Cova de Iría el día 13; que continuéis rezando el Rosario
todos los días. El último mes haré un milagro para que todos crean.
—¿Qué es lo
que Vd. quiere que se haga con el dinero que la gente deja en Cova de Iría?
—Que
hagan dos andas: una, llévala tú con Jacinta y dos niñas más, vestidas de
blanco; y otra, que la lleve Francisco y tres niños más. El dinero de las andas
es para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario; lo que sobre es para ayudar a
una capilla que deben hacer.
—Quería
pedirle la curación de algunos enfermos.
—Sí; a
algunos los curaré durante el año.
Y tomando
un aspecto más serio dijo:
—Rezad,
rezad mucho, y haced sacrificios por los pecadores, pues van muchas almas al
infierno, por no tener quien se sacrifique y pida por ellas.
Y como de
costumbre comenzó a elevarse en dirección al naciente.
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