lunes, julio 21, 2025

Las maravillas del Santo nombre de Jesús (Segunda parte. Extracto del libro del Padre Paul O´Sullivan)



¿Qué significa el nombre de Jesús? El Santo nombre de Jesús es primero que todo una oración todopoderosa. El mismo nuestro señor solemnemente promete que todo aquello que pidiéramos al Padre en Su Nombre lo recibiríamos. Dios nunca falla en su palabra. Cuando decimos Jesús, pedimos a Dios todo lo que necesitamos con la absoluta confianza de ser oídos. Por esta razón, la iglesia termina sus oraciones con estas palabras; por Jesucristo, que da a la oración una nueva eficacia divina.

Pero el Santo nombre es algo aún más grande. Cada vez que decimos Jesús, glorificamos a Dios con un gozo y gloria infinito, porque le ofrecemos todos los infinitos méritos de la pasión y muerte de Jesucristo. San Pablo nos dice que Jesús mereció el nombre de Jesús por su pasión y muerte. Cada vez que decimos Jesús, claramente deseamos ofrecer a Dios todas las misas dichas en todo el mundo por nuestras intenciones. Nosotros verdaderamente participamos en aquellas cientos de misas. Cada vez que decimos Jesús ganamos 300 días de indulgencia que podríamos aplicar por las ánimas del purgatorio, con lo que se verán muchas de estas ánimas aliviadas y liberadas de sus horribles penas. Ellas serán verdaderamente nuestras mejores amigas y rezarán por nosotros con increíble fervor.  Cada vez que decimos Jesús es un acto de perfecto amor, por el cual ofrecemos a Dios el infinito amor de Jesús.

El Santo nombre de Jesús nos salva de innumerables males y nos rescata especialmente del poder del demonio, que está constantemente buscando la ocasión de hacernos daño. El nombre de Jesús gradualmente irá llenando nuestras almas con una paz y un gozo que nunca tuvimos antes. El nombre de Jesús nos refuerza de una manera tal que nuestros sufrimientos parecen ligeros y fáciles de soportar.

¿Qué debemos de hacer? San Pablo nos dice que debemos de hacer todo lo que hacemos, tanto sea en palabras o en trabajo, en nombre de Jesús. “Y todo cuanto hagáis, de palabra o de obra, hacedlo todo en nombre del Señor Jesús, dando por medio de Él las gracias a Dios Padre.” Colosenses 3:17

De esta manera, todos los actos se hacen en un acto de amor y mérito. Y más aún, recibimos la gracia y la ayuda para hacer todas nuestras acciones perfectamente bien. Debemos, sin embargo, hacer lo que mejor podamos en acostumbrarnos en decir Jesús, Jesús, Jesús, muy a menudo todos los días. Podemos hacerlo cuando nos vestimos, en el trabajo, paseando, en momentos de tristeza, en casa y en la calle, en todas partes. No hay nada más fácil si nos esforzamos en hacerlo con regularidad. Lo podemos hacer muchísimas veces al día. Piensa en cada vez que decimos Jesús devotamente: primero damos gran gloria a Dios, segundo, recibimos grandes gracias y, tercero, ayudamos a las almas del purgatorio. 

 

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