¿Qué significa el nombre de Jesús? El Santo nombre de Jesús es primero que
todo una oración todopoderosa. El mismo nuestro señor solemnemente promete que
todo aquello que pidiéramos al Padre en Su Nombre lo recibiríamos. Dios nunca
falla en su palabra. Cuando decimos Jesús, pedimos a Dios todo lo que
necesitamos con la absoluta confianza de ser oídos. Por esta razón, la iglesia
termina sus oraciones con estas palabras; por Jesucristo, que da a la
oración una nueva eficacia divina.
Pero el Santo nombre es algo aún más grande. Cada vez que decimos Jesús, glorificamos
a Dios con un gozo y gloria infinito, porque le ofrecemos todos los infinitos
méritos de la pasión y muerte de Jesucristo. San Pablo nos dice que Jesús mereció
el nombre de Jesús por su pasión y muerte. Cada vez que decimos Jesús,
claramente deseamos ofrecer a Dios todas las misas dichas en todo el mundo por
nuestras intenciones. Nosotros verdaderamente participamos en aquellas cientos
de misas. Cada vez que decimos Jesús ganamos 300 días de indulgencia que
podríamos aplicar por las ánimas del purgatorio, con lo que se verán muchas de
estas ánimas aliviadas y liberadas de sus horribles penas. Ellas serán
verdaderamente nuestras mejores amigas y rezarán por nosotros con increíble
fervor. Cada vez que decimos Jesús es un
acto de perfecto amor, por el cual ofrecemos a Dios el infinito amor de Jesús.
El Santo nombre de Jesús nos salva de innumerables males y nos rescata
especialmente del poder del demonio, que está constantemente buscando la
ocasión de hacernos daño. El nombre de Jesús gradualmente irá llenando nuestras
almas con una paz y un gozo que nunca tuvimos antes. El nombre de Jesús nos
refuerza de una manera tal que nuestros sufrimientos parecen ligeros y fáciles
de soportar.
¿Qué debemos de hacer? San Pablo nos dice que debemos de hacer todo lo que
hacemos, tanto sea en palabras o en trabajo, en nombre de Jesús. “Y todo cuanto
hagáis, de palabra o de obra, hacedlo todo en nombre del Señor Jesús, dando por
medio de Él las gracias a Dios Padre.” Colosenses 3:17
De esta manera, todos los actos se hacen en un acto de amor y mérito. Y más
aún, recibimos la gracia y la ayuda para hacer todas nuestras acciones
perfectamente bien. Debemos, sin embargo, hacer lo que mejor podamos en
acostumbrarnos en decir Jesús, Jesús, Jesús, muy a menudo todos
los días. Podemos hacerlo cuando nos vestimos, en el trabajo, paseando, en
momentos de tristeza, en casa y en la calle, en todas partes. No hay nada más
fácil si nos esforzamos en hacerlo con regularidad. Lo podemos hacer muchísimas
veces al día. Piensa en cada vez que decimos Jesús devotamente: primero damos
gran gloria a Dios, segundo, recibimos grandes gracias y, tercero, ayudamos a
las almas del purgatorio.
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