
Una vez entre otras, escribe Sta. Margarita, "que se hallaba expuesto el Santísimo Sacramento, después de sentirme retirada en mi interior por un recogimiento extraordinario de todos mis sentidos y potencias, Jesucristo mi Amado se presentó delante de mi todo resplandeciente de Gloria, con sus cinco llagas brillantes, como cinco soles y despidiendo de su sagrada humanidad rayos de luz de todas partes pero sobre todo de su adorable pecho, que parecía un horno encendido; y, habiéndose abierto, me descubrió su amante y amable Corazón."
Entonces Jesús le explicó las maravillas de su puro amor y hasta que exceso había llegado su amor para con los hombres de quienes no recibía sino ingratitudes. Esta aparición es mas brillante que las demás. Amante apasionado, se queja del desamor de los suyos y así divino mendigo, nos tiende la mano el Señor para solicitar nuestro amor.
º Comulgarás tantas veces cuanto la obediencia quiera permitírmelo
º Jueves a viernes haré que participes de aquella mortal tristeza que Yo quise sentir en el huerto de los olivos; tristeza que te reducirá a una especie de agonía mas difícil de sufrir que la muerte.
º Por acompañarme en la humilde oración que hice entonces a mi Padre en medio de todas mis congojas, te levantaré de once a doce de la noche para postrarte durante una hora conmigo; el rostro en el suelo, tanto para calmar la cólera divina, pidiendo misericordia para los pecadores, como para suavizar, en cierto modo, la amargura que sentí al ser abandonado por mis apóstoles, obligándome a echarles en cara el no haber podido velar una hora conmigo...
"Una vez, estando expuesto el Santísimo Sacramento, se
presentó Jesucristo resplandeciente de gloria, con sus cinco llagas que se
presentaban como otro tanto soles, saliendo llamaradas de todas partes de Su
Sagrada Humanidad, pero sobre todo de su adorable pecho que, parecía un horno
encendido. Habiéndose abierto, me descubrió su amabilísimo y amante Corazón,
que era el vivo manantial de las llamas. Entonces fue cuando me descubrió las
inexplicables maravillas de su puro amor con que había amado hasta el exceso a
los hombres, recibiendo solamente de ellos ingratitudes y desconocimiento.
"Eso," le dice Jesús a Margarita, "fue lo que más me dolió de todo cuanto sufrí en mi Pasión, mientras que si me correspondiesen con algo de amor, tendría por poco todo lo que hice por ellos y, de poder ser, aún habría querido hacer más. Mas sólo frialdades y desaires tienen para todo mi afán en procurarles el bien. Al menos dame tú el gusto de suplir su ingratitud de todo cuanto te sea dado conforme a tus posibilidades."
Entonces el Señor le describió a Margarita exáctamente de que forma se iba a realizar la práctica de la devoción a Su Corazón, junto con su propósito, que era la reparación. Finalmente, Jesús mismo le avisa sobre las tentaciones que el demonio levantará para hacerla caer.
"Primeramente me recibirás en el Santísimo Sacramento
tanto como la obediencia tenga a bien permitírtelo; algunas mortificaciones y
humillaciones por ello habrán de producirse y que recibirás como gajes de mi
amor. Comulgarás, además, todos los primeros viernes de mes, y en la noche del
jueves al viernes, te haré participe de la mortal tristeza que quise sentir en
el huerto de los Olivos, cuya tristeza te reducirá, sin que logres
comprenderlo, a una especie de agonía más difícil de soportar que la muerte. Para
acompañarme en la humilde plegaria que elevé entonces a mi Padre, en medio de
todas tus angustias, te levantarás entre las once y las doce de la noche para
postrarte conmigo durante una hora, con la cara en el suelo, tanto para
apaciguar la cólera divina, pidiendo por los pecadores, como para endulzar de
algún modo la amargura que sentía por el abandono de mis apóstoles, lo cual me
llevó a reprocharles que no habían podido velar una hora conmigo. Durante esa
hora harás lo que te diga. Pero, oye hija mía, no creas a la ligera todo
espíritu, ni te fíes, porque Satanás está rabiando por engañarte. Por eso, no
hagas nada sin permiso de los que te guían, a fin de que, contando con la
autoridad de la obediencia, él no pueda engañarte, ya que no tiene poder alguno
sobre los obedientes."
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