
En Ruan, santa Juana de Arco,Virgen, llamada la Doncella de Orleáns; la cual, habiendo peleado valientemente en defensa de la patria, al fin entregada al poder de sus enemigos, fue condenada en inicuo juicio y quemada en la hoguera. El Sumo Pontífice Benedicto XV la puso en el catálogo de las Santas.
El 23
de marzo de 1430, Juana de Arco dictó una carta a un escribano con un
ultimátum contra un grupo llamado los husitas, amenazando con participar
en la guerra contra ellos a menos que volvieran a la ortodoxia. La
carta fue escrita durante una breve tregua entre los gobiernos reales
francés e inglés.
Los husitas eran una facción religiosa y militar que muchos historiadores han calificado de «católicos radicales» o «protoprotestantes».
El texto de dicha carta es el siguiente:
"Hace mucho que tengo noticias de vosotros. Una vez fuisteis cristianos pero ahora os habéis convertido en herejes. A la manera de los sarracenos abolisteis la fe y el culto verdadero para adoptar una infecta superstición y os comprometisteis a sostenerla y a ampliarla y en la que conviven la infamia y la crueldad en el alma que se atreve a practicarla.
Vosotros conspirásteis contra los Sacramentos de la Iglesia, truncasteis los Artículos de Fe, demolisteis los sagrados edificios, rompisteis las imágenes y las arrojasteis al fuego y en definitiva masacrasteis a los cristianos que no aceptan vuestras creencias. ¿Qué cólera o furia os agita?. Vosotros os habeis comprometido a perseguir y subvertir la fe que Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo instituyeron y exaltaron de mil modos por los milagros.
Sois mas ciegos que a los que les falta la vista de los ojos. ¿Creeis que saldreis impunes? Ignoráis que si Dios no impide vuestras violencias, que si os permite permanecer más tiempo en la oscuridad y en el error es porque prepara para vosotros castigos y suplicios mayores.
Os diré la verdad, si no estuviera tan ocupada en combatir a los ingleses, ya habría partido a vuestro encuentro. Pero si no soy informada de que os habéis enmendado, tal vez deje a los ingleses y avance contra vosotros a fin de que, si no existe otra solución, eliminaré por la espada vuestra impetuosa y vana superstición, sacándoos la herejía o la vida.
Sin embargo, si preferís regresar a la fe católica y a la luz primordial, enviadme vuestros embajadores a los que diré lo que debéis hacer. Si por el contrario persistís recalcitrantes en vuestro aguijón, acordaos de vuestros abominable crímenes y aguardad mi llegada con todas las fuerzas divinas y humanas para retribuir todo el mal y daño que habéis hecho a las almas."
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