Cada 7 de agosto los devotos de
este gran santo, le rinden honores por los favores recibidos, reafirman su
confianza en él y le solicitan su intercesión, especialmente por necesidades de
trabajo.
Cayetano di Thiene nació en la
ciudad de Vicencia, en octubre de 1480 del señorío de Venecia, de padres no menos
ilustres por su piedad que por su nobleza. Resplandeció en él, desde su
temprana edad, un señalado amor a la pureza, a la caridad, y a la piedad con
Dios y su Madre santísima y la mayor que recibió de la soberana Reina de los
cielos, la cual, en recompensa de la devoción que el santo le tenía, se le
apareció llena de claridad y hermosura, y le concedió ponerle su Divino hijo en
los brazos.
Servía y visitaba a las
personas desamparadas y su amor a Jesucristo y al prójimo lo llevaron a
consagrarse a ellos. Así, fundó un hospital en Venecia en el que encontró
a una joven que estaba a punto de perder una pierna devorada por la
gangrena. Envuelto en su fe le sacó la venda, le besó la pierna herida e
hizo la señal de la cruz frente a ella. Al otro día, los médicos que preparaban
a la muchacha para la amputación vieron que estaba curada.
Ese fue el primer milagro que se
le atribuyó a Cayetano y que lo encaminó a dedicarse a buscar en la religión su
lugar.
A sus 67 años, un 7 de agosto del
año 1547, muere en Nápoles. Fue beatificado el 8 de octubre de 1629 por el papa
Urbano VIII y canonizado el 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario