miércoles, julio 09, 2025

Sta. Verónica Giuliani y su intercesión por las almas del purgatorio

 


El purgatorio es el estado de purificación. Después de la muerte de las almas salvadas, ellas no pueden ayudarse a sí mismas y esperan nuestra ayuda con nuestras oraciones, misas, indulgencias y obras buenas. Veamos algunos casos concretos en la vida de santa Verónica Giuliani.

El sacerdote del monasterio dice: le encargué a Sor Verónica que orara a Dios por las almas de mi padre y de un tío mío que habían muerto hacía unos 20 años y que ella se encomendara a la Virgen María para saber en qué estado se encontraban. Ella hizo oración durante unos días y me dijo que la Virgen le había hecho comprender que ambos estaban en el purgatorio. Le recomendé que orara mucho al señor y a la Virgen para que fueran liberados. Ella me manifestó que la Virgen le había dicho que, si hubiera pedido oraciones para que ella sufriera algunas horas al día, ya estarían liberados. Por eso yo le asigné 4 o 5 horas cada día de sufrimientos y después de algunos días me dijo que cuando yo celebraba la misa en la iglesia del convento había visto ambos salir del purgatorio y presentarse ante la Virgen en día de Navidad de 1714.

Otro caso fue en el año 1717 en tiempo de Cuaresma: yo, volviendo como confesor extraordinario a este monasterio de Capuchinas, y habiendo muerto mi madre hacía pocos meses, recomendé a Sor Verónica rezar al señor por su alma. A los pocos días me dijo que estaba en el purgatorio y que la Virgen Santísima le había dicho que, si ella se ofrecía a sufrir en su lugar y yo le daba la obediencia de hacerlo, obtendría su liberación. Yo le di la obediencia y después de algunos días me dijo que ya había sido liberada y que cuando estaba oyendo la misa la había visto libre. Yo le manifesté que no me bastaba en sus palabras y quería una señal especial de su liberación que rezase al señor por ello. Estando ella rezando en la iglesia y yo en el confesionario, oí, debajo del pavimento del confesionario, unos golpes profundos. Yo me quedé sorprendido y con temor. Le pregunté qué significaba aquello y me respondió que no lo sabía sentido. Continuó en oración y continuaron los golpes debajo del confesonario. Al fin me pudo decir que la Virgen le había dicho que esos golpes eran la señal que yo había pedido de la liberación de mi madre y que tantos cuántos habían sido los golpes. Así debían haber sido los días que debía haber pasado aún en el purgatorio si Verónica no hubiera sufrido por ella.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Entrada destacada

Memorare / Acordaos

  M emorare, O piissima Virgo María , non esse auditum a sæculo, quemquam ad tua currentem præsidia, tua implorantem auxilia, tua petentem s...