Como católicos, es precisamente
el estar dispuestos a honrar y dar gloria a Dios, ya sea en oración pública o
privada, o al realizar algún acto de acuerdo con Su voluntad, lo que ejercitará
nuestra propia espiritualidad.
A través de la oración, nuestras
devociones reafirman nuestro compromiso total con nuestro Señor Jesucristo. Y a
cambio, obtendremos favores que sólo Él puede brindar a través de Su infinita Misericordia
y Sus Bendiciones.
Nuestra vasta selección de
devociones católicas (oraciones, novenas, letanías y meditaciones) está
diseñada para ayudarnos a crecer en la Fe y Amor a Dios.
Hay muchas devociones que pueden
ayudarnos a elevar nuestro espíritu a Dios. Tendremos santos de nuestra mayor
cercanía y algunos que Dios nos lo presentará para caminar por donde Él quiere
que lo hagamos, ayudados de poderosos intercesores.
Aunque nuestra santa fe nos enseña que nuestro Señor Jesucristo
es necesariamente nuestro abogado y medianero para con su Eterno Padre (I Juan
II, 1), y que su Majestad nos mereció la gracia para nuestra justificación,
santificación y salvación, de tal suerte que sin Él nos es imposible todo esto y
no por eso son inútiles los ruegos de los Santos, ni se nos prohíbe el valernos
de su intercesión, ni se le hace con ello agravio a nuestro amabilísimo
Redentor (Concilio de Trento, sesión XXV, Decreto sobre la Invocación y
religión de los Santos), antes bien cede en honor suyo el ser conocido y
predicado en sus Santos admirable. (Esto lo tratamos en “Las excelencias de Sta.
María Magdalena y conviene recordarlo)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario