El primer encuentro de Simón
Pedro con el Divino Maestro tuvo lugar a orillas del río Jordán, donde el
Precursor, San Juan, bautizaba. Su hermano Andrés, que sirvió de intermediario
para la presentación, dijo un día a Simón: «Hemos hallado al Mesías». Y llevó a
su hermano a Cristo.
El Señor, en viendo a San Pedro.
le dijo: «Tú eres Simón, hijo de Juan: de hoy más te llamarás Cefas», que en
lengua siríaca o caldea es lo mismo que Pedro o piedra. Con esta mudanza de
nombre quiso Jesús darle a en tender que le tomaba para sí y le consideraba
como uno de sus discípulos.
Desde el día siguiente de la
Ascensión Pedro fue Papa, y como tal obró sin que nadie le contradijera. En el
Cenáculo, donde los Once aguardaban la venida del Espíritu Santo, su primera
providencia fue sustituir a Judas, cuya defección dejó una vacante en el
colegio apostólico, y presidir la elección de San Matías. El día de
Pentecostés, fué el primero que predicó a los judíos con atrevimiento y
libertad sobre el Cristo que habían crucificado, y ese día, en un sermón
convirtió a tres mil personas. fue la primera redada del pescador de hombres.
A los pocos días obró un milagro;
el primero que se hacía en prueba de la doctrina evangélica. Subía al Templo
con Juan a la hora de nona, cuando hallaron en la Puerta Hermosa a un cojo de
nacimiento que les pidió limosna. «N o tengo plata ni oro — le dijo Pedro—;
pero te doy lo que tengo: En el nombre de Jesús Nazareno, levántate y anda».
Arenga luego Pedro a la muchedumbre y cinco mil hombres piden ser bautizados.
En sus viajes por Siria y Asia
Menor puso San Pedro la cátedra pontificia en la ciudad de Antioquía, que vino
a ser, después de Jerusalén y antes que Roma, cabeza de la catolicidad.
Teniendo Pedro sobre sí el peso y
gobierno de todas las Iglesias, érale preciso trasladarse con frecuencia a
otras partes. E l año 42 fue el santo Apóstol a Jerusalén. Poco antes había
llegado a dicha ciudad Herodes Agripa, nombrado rey por el emperador Claudio.
El rey, para ganar la voluntad de los judíos, empezó degollando a Santiago el Mayor
y echando en la cárcel a Pedro, con intento de matarle pasadas las fiestas de
la Pascua. Pero «la Iglesia hacía incesantemente oración a Dios por é l», y fue
milagrosamente libertado por un ángel. Pedro partió entonces para Roma, donde
estableció la Iglesia de la que fue primer pastor por espacio de veinticinco
años (42-67). Llegó acompañado de su discípulo San Marcos, que después escribió
el segundo Evangelio a petición de los fieles, según lo que oyó al mismo San
Pedro.
San Pedro y San Pablo fueron detenidos y estuvieron presos en la cárcel Mamertina, de la que les sacaron el día 29 de junio para llevarlos a la muerte. San Pedro fue crucificado cabeza abajo en el monte Vaticano. San Pablo, por ser ciudadano romano, fue degollado en un lugar que ahora se llama Las tres Fontanas. Los cristianos tomaron las sagradas reliquias y las enterraron con gran veneración.
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